Vintage vs Nuevo
Es curioso cómo algunas ideas se convierten en verdades absolutas sin mucha discusión. Una de ellas es que “antes las cosas eran mejores”. Pero, ¿es realmente así? ¿Estamos comparando con justicia? ¿O simplemente idealizamos una época en la que muchas cosas también se hacían mal?
Porque la realidad es que la McIntosh no se veía ni se vendía en el supermercado. No es que fuera accesible o popular. Era un objeto de lujo, de altísima calidad, que no estaba al alcance de cualquiera. Y eso no ha cambiado tanto: los equipos de audio verdaderamente premium siguen siendo exclusivos.
Hoy, como entonces, hay cosas buenas y cosas malas. Decir que todo lo nuevo es malo es tan falaz como decir que todo lo viejo suena mejor. En los años 60 también se hacían cosas de pésima calidad, pensadas para durar un año. Y en la actualidad hay productos excepcionales, como el amplificador Router fabricado en Taiwán que tenemos en nuestro showroom: nuevo, moderno, y de una calidad constructiva impecable.
¿Qué significa realmente “vintage”?
Cuando decimos “vintage”, muchas veces nos referimos con cariño a equipos viejos. Pero también hay un componente comercial: suena mejor decir vintage que decir viejo. Y ese cambio de palabra genera valor.
“Vintage” no es nostalgia sin fundamento, sino una combinación de calidad sonora, diseño robusto y una lógica electrónica que, muchas veces, se mantiene vigente hoy. El equipo que mostramos —una McIntosh del 68— fue construido para durar 100 años. No es exageración: llegó a sus 50 años en perfecto estado, y ahora lo restauramos para que viva 50 más.
“Si hoy tenemos este vintage, lo ponemos en valor y lo llevamos al siglo XXI, tenemos un equipo que llegó acá muy bien con 50 años. Como este, lo vamos a llevar 50 años al futuro.”
Calidad sonora, ayer y hoy
La percepción generalizada es que ahora todo es de plástico y baja calidad. Pero eso es solo una parte de la historia. Hoy también se fabrican equipos de excelentísima calidad, solo que su precio es proporcional. Si en los 60 un equipo valía lo que un coche, hoy uno nuevo de gama alta puede valer lo que un departamento.
“Hay un nuevo mercado que ya no es lujo: es súper lujo.”
A nivel técnico, los avances han sido impresionantes. Tenemos mejores materiales, procesos más precisos y componentes más estables. Un capacitor actual es claramente mejor que uno de hace 50 años. La tecnología cambió y, en muchos aspectos, mejoró radicalmente.
Entonces, si bien un equipo vintage puede sonar maravilloso, debemos entender que lo que ha cambiado en gran medida son los componentes internos, no siempre visibles, pero fundamentales.
La falacia de “vintage vs nuevo”
Creer que hay que elegir entre uno y otro es una falacia. No hay tal dicotomía. Hoy lo mejor es mezclar tecnologías. Un DAC moderno puede convivir perfectamente con un preamplificador de los 70. Una cápsula Audio-Technica de última generación puede montarse en una bandeja de hace 40 años.
“Nosotros hacemos bafles de última generación que van perfectamente con cualquier sistema de amplificación vintage.”
El audio es integración, no exclusión. El mejor sistema es el que responde a tus gustos, tus necesidades y tu presupuesto. Hay quienes buscan un sistema todo vintage, con cada parte original de 1980. Pero eso, muchas veces, no tiene sentido técnico ni práctico.
“No hay que elegir entre vintage y nuevo. Hay que elegir qué música querés escuchar y entender tu presupuesto para armar ese sistema.”
Cómo se escucha hoy
La forma de escuchar también cambió. Antes, para saber qué había en un disco, había que comprarlo. Ahora podemos escuchar todo en streaming, desde un teléfono. Pero, ¿queremos escuchar en el teléfono? ¿O simplemente lo usamos como un preview?
“Yo no quiero escuchar el teléfono. Porque acá no se escucha nada. Me sirve de muestra, nada más.”
Quien quiere realmente escuchar, sabe que necesita más. Sabe que un sistema bien armado —combinando lo mejor del pasado con lo más avanzado del presente— es lo que permite una verdadera experiencia sonora.